Conociendo un poco del país de los cuatro mundos, su capital la ciudad de Quito ubicada a 2800 m.s.n. , guarda uno de los centros históricos mejor preservados en Latinoamérica.
Visitar esta parte de la ciudad es sumergirse en un ambiente mágico que nos da un recuento de la vida de la ciudad en el tiempo de la colonia que se refleja en la construcción de sus iglesias de estilo barroco y también de la obras de arte que relatan el proceso de adoctrinamiento que se uso para introducir la religión católica.
Hospedarse al menos una noche en el casco colonial merece la pena para visitar los diferentes edificaciones y museos de esta zona.
La Basílica es una edificación de tipo neogótico, si no hay miedo a las alturas se puede subir a una de las torres y obtener una vista panorámica hacia el norte y sur de la ciudad, continuando por las calles angostas y empinadas, podemos ir descubriendo la Calle de las Siete Cruces, oficialmente llamada calle García Moreno, hasta llegar a la Plaza de la Independencia; donde están ubicados el Palacio de Carondelet, actualmente abierto al público con visitas guiadas en español e inglés.
La entrada es gratuita, para el ingreso se debe reservar el turno con la presentación de un documento de identidad con unos 40 minutos de anticipación, tiempo durante el cual se puede aprovechar para visitar la Iglesia de la Compañía que posee un magnifico trabajo de repujado en láminas de oro.
Otro de los atractivos a verse es la Catedral, o si hay un día con buen sol disfrutar los helados tradicionales de paila en el Café Plaza Grande, es servicio de este postre en específico lo hace un cucurucho un personaje de la procesión de Semana Santa.
Uno de los conventos con una interesante exposición de arte colonial es el de San Francisco, ubicado en la plaza del mismo nombre. Algunos templos de la ciudad ofrecen la oportunidad de poder subir a las áreas de las cúpulas como los de los conventos de San Agustín o el de Santo Domingo. Este último esta cerca de la Calle La Ronda, uno de los barrios tradicionales en los que se puede disfrutar de un café con bocados o dulces tradicionales como: quimbolitos, pristiños, empanadas de viento.
Y porque no, recordar los juegos de infancia como la rayuela, y hacer memoria de oficios como la elaboración de sombreros de paño.
En el caso de permanecer una noche en el centro histórico hoteles como El Patio Andaluz, El Hotel Plaza Grande, Casa Gangotena y Casona de la Ronda, son excelentes opciones en diferentes rangos de precio.
Para la oferta gastronómica el restaurante Belle Époque ubicado en el Hotel Plaza Grande, adicional a su excelente comida brinda un show de ópera de miércoles a sábado.
Visitar el Centro historico de Quito en el día o noche es una experiencia mágica.